Todo lo que cabe en un grano de maíz
En el grupo de 2-3 años hemos preparado una propuesta sensorial con un elemento tan cotidiano como rico en posibilidades: el maíz. Lo utilizamos como hilo conductor para explorar el color amarillo, las texturas, los tamaños, los sonidos y el juego libre, desde lo más propio de esta etapa.

Presentamos el maíz en distintas formas: en grano seco, cocido, molido, en harina, en palomitas… Una misma materia en diferentes estados, dispuesta en un espacio cuidado, con una paleta cromática clara y materiales naturales, como ya es habitual en nuestras propuestas de primer ciclo.

Los niños pudieron tocar, volcar, llenar, vaciar, aplastar, oler y observar sin expectativas de resultado. Algunos simplemente manipularon; otros descubrieron diferencias, repitieron movimientos o verbalizaron lo que estaban haciendo. Todo fue válido. Todo fue vivido.

Más allá del color y del elemento, esta experiencia nos permitió trabajar muchos aspectos: la coordinación ojo-mano, la motricidad fina, la concentración, el lenguaje espontáneo, la clasificación, la atención sostenida… siempre desde la exploración libre y sin prisas.

Porque en esta etapa, lo importante no es lo que se “aprende” desde fuera, sino lo que se descubre desde dentro, cuando el entorno está preparado con intención y respeto.

Y a veces, con algo tan sencillo como el maíz… lo conseguimos